Octavo piso: Waiting for the worms

Se los había dicho al principio de mi tortuosa aventura, esto es The Wall!!! y nada más entrar en el octavo piso lo confirmé nuevamente...


Gusanos, gusanos de todas clases, tamaños y colores se paseaban por el piso inmutables, dominantes y sin miedo a mis pasos. Gusanos apestosos, malolientes y con connotaciones sexuales, porque todo, según como se mire tiene que ver con el sexo, ya lo dijo Sexfiud Froid...


Caminar sobre gusanos es asqueroso, he intentado pisar suelo firme y esquivarlos sin éxito, son demasiados. De hecho estuve a punto de resbalarme y caerme de boca sobre ese suelo gusanoide apestoso, las arcadas me descontrolaban el andar, era inevitable.

Decidí ir lento pero sobre seguro, el crujido gomoso de la gusanos pisoteados era acompañado por un sonido seco que provenía del fondo del piso, donde seguramente me esperaría el gusano más horrendo del universo, el gusano jefe y evidentemente no me equivocaba...

Ante mi el baboso Jabba the Hut y su harem de bellas mujeres esclavas...

Jabba se acercó un poco, lentamente, me habló en una lengua desconocida, con cada frase se relamía con su apestosa y sensual lengua y empujaba las cadenas de sus sensuales esclavas que creía haber visto en otras ocasiones. Al ver que hacía caso omiso a su charla debido a mi distracción por las hermosas esclavas, Jabba comenzó a aproximarseme enfadadísimo decidido a ingerirme de un simple bocado...

Pensé que sería sencillo esquivar a esa bola de grasa lenta, pero no tuve en cuenta que miles de gusanos me aprisionaban contra el suelo impidiéndome cualquier tipo de movimiento. Si todo seguía así, moriría siendo alimento de un alienígeno come humanos ¿irónico, verdad?

Mis más oscuros pensamientos de derrota se vieron despejados cuando comencé a escuchar el cacareo de miles de pollos erguidos, esos que venían siguiéndome pisos abajo, esos que fueron enviados por Mr. Angelu. Estos legendarios pollos de batalla en un abrir y cerrar de ojos devoraron a todos los gusanos del recinto, guardándose como postre al gusano más grande, al maligno Jabba.


Mientras ellos realizaban su faena yo me dedique a liberar y manosear a las esclavas que no eran otras que redactoras de Yamete! News, Amazing y Outstanding!!!!

Escape pronto del octavo piso temiendo lo que podría ocurrir en el momento de la digestión de los miles de pollos erguidos. Agradezco a Mr. Angelu la ayuda "sin fin de lucro" en pos de la recuperación del periódico.

Tan solo me quedan dos!!!

Donovan.