Segundo piso: el manicomio psicótico


Puedo decir que de momento lo llevo muy bien, pase la primer prueba con buena nota y los gritos de aliento de la muchedumbre que se encuentra fuera me alienta a internarme en este segundo piso "acolchado".

Y es que algo raro ha pasado aquí, no veo muebles de oficina, todo esta vacío e iluminado con una luz blanquecina que enceguece, no se si es la Matrix, no se si estoy en el universo Tron con los colores invertidos... parece como si fuera un piso de colchones o una especie de manicomio de la nueva era.


Da igual, mis primeros pasos acolchados eran imperceptibles, al menos eso es lo que creía antes de toparme con uno de los locos más enfermizos que ha dado el mundo. Ante mi y con una sonrisa hueca se encontraba Pierrot Le Fou con su inquietante "Hello Gentelman".

Dios mio que miedo da el tipo este, es que con solo verlo uno sabe que va a tener graves problemas. Y más si tenemos en cuenta que nos saluda mientras nos encañona con una especie de bastón escopeta que nos puede dejar la cabeza como la de Kurt Cobain...

No lo dudé y comencé la batalla cuerpo a cuerpo, esquivando balas como si fuera Jackie Chan, eludiendo sus golpes y encajándole unos cuantos para que sepa con quién esta tratando.

Estuve concentrado al 100%, pero tuve un momento de distracción, el mismísimo Pierrot había conseguido con su mirada penetrante lo imposible, había conseguido encajarme un buen golpe en la mandíbula mientras yo lo miraba impávido. Me encontraba casi fuera de combate y me tenía encañonando, pensé en ese momento en que había llegado el fin, que moriría a manos de este Michelin mala ostia pero... pero justo antes de que pulse el gatillo de su bastón escopeta apareció el...


Si! el Koala Psicótico del Sr. Nocivo entró por una tubería del aire acondicionado y se lanzó salvaje al encuentro de Pierrot!

Esa inestimable ayuda me permitió volver a incorporarme y empezar a lanzar patadas a diestro y siniestro mientras mi amigo Koala capturaba su bastón y le encajaba sendos arañazos letales. Uno de ellos consiguió finalmente reventar el cuerpo globo de Pierrot que estalló en mil pedazos.

Perdí el sentido unos minutos hasta que el Koala Psicótico me golpeó fuertemente para que recupere el conocimiento, luego me miró fijamente y se retiró por el mismo sitio por el que había llegado.

Esta vez tuve suerte y he podido pasar este segundo piso de locura gracias a la ayuda del Koala Psicótico, necesito una Aquarius para recuperarme y subir la escalera que me llevé al tercer piso...

Donovan.