Décimo piso: La gran E. (parte 2)


Las palabras de Eliseo no calaron en mi interior, tengo plena convicción en lo que hago, tengo que rescatar a Yametero y eliminar a esta enajenación basada en la pureza.
¡La batalla ha comenzado!

Nuestras espadas láser estaban a punto, esperando el comienzo de la sublime lucha final, una pelea cuerpo a cuerpo por el bien de un medio de comunicación vapuleado, castigado y a punto de entrar en una espiral peligrosa, la del olvido y la desidia...



Luchamos como jabatos, ambos tenemos un poder especial para controlar las espadas, blam blum ,ziing y zannggg... explosiones lumínicas acompañadas de la fuerza interior de cada uno encumbraban momentos memorables que lamentablemente no se están grabando en vídeo.

Pese a que no nos dábamos respiro hubo un momento de tensa calma en la que charlamos, Eliseo me reveló un dato que no tenía presente, un dato que podría alterar la fuerza para siempre:

Eliseo Robledo: "¡Yametero está muerto y tu eres mi hijo!"

Donovan: "¿Qué? ambas afirmaciones son imposibles... usted no es mi padre y Yametero tiene que estar vivo"

Eliseo Robledo: "tienes que creer, si es posible, una vez fui promiscuo como Yametero... recuperemos el tiempo perdido hijo mio"

Donovan: "¿Dónde está Yametero? no me engañe con eso de que es mi padre...".

Eliseo Robledo: "Soy tu padre y puedo demostrártelo..."

Donovan: "MENTIRA!!! MENTIRA!!!"

Eliseo Robledo: "Es verdad, debes seguir mi camino, continuar con mi obra, debes descubrir el poder de la censura"

Donovan: "Odio la censura, jamás me veré afectado por ese poder..."

Eliseo Robledo: "Ven... déjame cubrirte los ojos..."

Donovan: "Nooooo.... JAMAS!!!!"

Acto seguido volvimos a pelear, una lucha encarnizada, una lucha que puede llevarme a la muerte o tal vez a matar a mi supuesto padre...

Donovan.